¿Cómo surgió la mona de Pascua?
MADRID / Es un alimento típico de la repostería española y se prepara principalmente en Murcia, Valencia, Cataluña, Aragón y Castilla- La Mancha. Simboliza para los cristianos el fin de la rigurosa abstinencia propia del periodo de Cuaresma.
Según algunos, el nombre proviene del término árabe munna, “provisión de la boca”, un regalo que los musulmanes daban a sus señores. Desde otros sectores sostienen que su nombre deriva de munus, que significa "regalo" en griego.
El origen de esta tradición -como el de muchos dulces- no está claro, aunque en algunos escritos apuntan que pudo empezar en el siglo XV en Cataluña y Valencia, otras que en el siglo XVIII, y otras fuentes lo llevan hasta los tiempos en los que la presencia morisca estuvo en nuestro país. En el siglo XVIII, era ya el obsequio clásico del padrino a sus ahijados (una costumbre que se ha mantenido hasta hoy en día), y el número de huevos correspondía a los años de edad de los niños hasta llegar a los doce. En ese momento, tal vez como punto final de este obsequio, el número de huevos se elevaba a trece.
A lo largo de muchos siglos los cocineros preparaban unos bollos de harina huevo y azúcar con huevos duros incrustados en la superficie al llegar la Pascua. Uno de los pueblos con más fama en la fabricación de monas de Pascua se llama Alberique, en la provincia de Valencia. En los pueblos cercanos a la zona se consumen durante todo el año con el nombre de ‘pan quemado’ o ‘toña’. En muchas ocasiones son figuras de serpientes, lagartijas, o la típica mona redonda. La mona tradicional, mantiene los huevos cocidos que en algunos lugares suelen ir pintados de colores, con plumas o incluso con pollitos. Actualmente esa especie de roscón se ha reemplazado por figuras de chocolate que van desde el tradicional huevo hasta las creaciones más originales y divertidas que salgan de la imaginación del pastelero.
En España donde se podría decir que más ha arraigado la costumbre. Elaboradas por auténticos maestros pasteleros, que utilizando su imaginación dan vida a creativas y divertidas figuras de chocolate. Hasta el punto de que mayores y pequeños quedamos perplejos al ver esculturas de chocolate tan espectaculares.